El último plan de Marvyn para alcanzar la relevancia es conseguir que su equipo sea retransmitido por la ESPN y su método consiste en reclutar a una jugadora insólita: Ava, un fenómeno del voleibol de playa con agallas cuya rabieta pública hizo que la expulsaran de su propio deporte. Entre la pérdida de su entrenadora asistente Holly Barrett a una escuela rival, nuevas fricciones entre las compañeras de equipo, una repentina e inesperada proximidad a los chicos, y desastres fuera de la cancha que nadie podría haber predicho, esta temporada, las Sirenas de Westbrook tienen aún más que demostrar.